Espacio dedicado a nuestros gatos, y a todos aquellos animales de compañia que comparten nuestra vida.
lunes, 30 de enero de 2012
Gatos, michos y mininos
Cuenta la leyenda que Mahoma, amante de los gatos, estaba sentado con su gata favorita llamada Muezza, que estaba dormida sobre una de las mangas del profeta.
En ese momento, Mahoma necesitaba salir de su hogar y para no despertarla, prefirió cortar la manga de su vestimenta a interrumpir el sueño de Muezza.
A su regreso, Muezza se inclinó ante él para darle las gracias. El profeta entonces acarició su frente sobre la que apareció la letra M de Mahoma y le otorgó además el don, a ella y a todos los gatos, de caer siempre de pie.
MAL ALIENTO EN LAS MACOTAS
Más del ochenta y cinco por ciento de los perros evidencian, en algún momento de su vida síntomas de lesiones que pueden afectar sus encías.
Cuando las lesiones se extienden a todo el tejido que rodea al diente se conoce como ENFERMEDAD PERIODONTAL.
Señales de alerta a tener en cuenta en su mascota:
Mal aliento, Cambio de color de los dientes , Dificultad para masticar , Sangrado de las encías
Comienza con la formación de la Placa Bacteriana, inflamación de las encías depositándose posteriormente minerales formando el sarro dental y posteriormente la inflamación e infección del tejido periodontal pudiendo llevar a la movilidad de la pieza dental.
SU MASCOTA TIENE MAL ALIENTO?
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La Enfermedad periodontal se presenta habitualmente en los caninos entre los 6 a 8 años de edad, dependiendo de las condiciones de vida del animal y de predisposición racial e individual. En las razas pequeñas (Maltés - Yorkshire, etc.) la evolución puede ser prematura pudiendo observarse periodontitis crónica en animales de entre 2 y 3 años de edad.
La dentadura completa le brinda al animal una mejor calidad de vida. Es importante tener en cuenta que los dientes ayudan a contener la lengua. La pérdida de los incisivos provoca la caída de la lengua fuera de la boca, sufriendo falta de humectación y lesiones.
¿ Cómo se puede prevenir esta enfermedad?
Básicamente con una alimentación adecuada y con higiene bucal periódica.
Es aconsejable administrar el balanceado seco ya que la masticación de elementos consistentes actúa como barrido mecánico de los dientes.
En el Consultorio Veterinario tanto la Placa Bacteriana como el Sarro Dental, si son incipientes, pueden eliminarse sin mayor dificultad, mediante raspadores manuales o con Equipos ultrasónicos. En la mayoría de los casos requiere anestesia.
Si la enfermedad periodontal es crónica generalmente se requiere, además de un tratamiento medicamentoso en base a antibióticos, un tratamiento quirúrgico que incluye la limpieza mecánica y el recorte de las encías para eliminar los bolsillos (Gingivectomía). Actualmente la Cirugía bucal en Medicina Veterinaria se realiza con Instrumental Específico (Electrobisturí, Ultrasonido y Turbina).
En los casos de enfermedad periodontal crónica la intervención requiere mayor tiempo, de modo que lo más adecuado para el paciente es utilizar anestesia inhalatoria teniendo al animal intubado con aporte de oxígeno y monitoreo cardíaco para minimizar el riesgo quirúrgico.
Es muy importante revisar la boca de nuestras mascotas, ya que no solo se observan patologías locales propias de la boca sino que, además puede evidenciar signos de patologías de origen general (Insuficiencia Renal Crónica). Una infección originada en la boca, si no se trata a tiempo, puede producir afecciones en riñón, hígado o provocar una valvulopatía cardíaca.
En los felinos domésticos es importante destacar que las enfermedades virales del gato, tales como VILEF, CALICIVI! RUS o PANLEUCOPENIA favorecen el desarrollo de las lesiones gingivales y la enfermedad periodontal.
Higiene periódica mediante cepillado o con un hisopo embebido en una solución antiséptica de uso bucal que la indique el Médico Veterinario para combatir la placa bacteriana. En todos los casos el Médico Veterinario indicará el tratamiento y la forma correcta de aplicación.
Agradecemos mucho la colaboración para la publicación de esta nota a:
M.V. Adalberto Amato - Odontología y Cirugía Veterinaria Integral
Servicio integral de cirugia y odontologia Veterinaria: Periodoncia . endodoncia - ortodoncia - estomatologia – Cirugía maxilar e implantes.
ENVIADO POR CHEETAH cheetah@.....
COMPORTAMIENTO SOCIAL DE LOS GATOS
Asoc. Argentina de Medicina Felina
Claudio Gerzovitz
El comportamiento social de los gatos no sólo ha sido motivo de discusión entre los especialistas en comportamiento animal sino también de entre éstos y los propietarios de estos animales de compañía. Entre los primeros las opiniones comprenden un rango acotado desde aquellos que opinan que los gatos son una especie asocial hasta los que sostienen que este tipo de felinos pertenecen a una especie parcialmente social. Por el contrario los dueños de los gatos no dudan en afirmar que estas opiniones son totalmente incorrectas y que sus animales son altamente sociables. Estos diferentes puntos de vista en realidad parten del error de tomar como sinónimos dos términos, comportamiento social y comportamiento sociable. El término social se refiere no sólo a la pertenencia a un grupo o sociedad sino también a la necesidad que tienen sus miembros de interactuar entre sí para sobrevivir en un entorno determinado y a la importante influencia que ejerce el comportamiento de unos sobre los otros. En cambio el término sociable está restringido únicamente a la disposición o inclinación de los individuos hacia otros seres de su misma o de otra especie, aunque no tengan la necesidad de interactuar con ellos para su subsistencia ni que su comportamiento se vea influenciado de manera llamativa por los mismos. De este modo es posible inferir que todos los animales pertenecientes a una especie social son sociables pero que no todos aquellos que son sociables pertenecen a una especie social.
En lo que respecta al comportamiento social, para clarificar mejor este concepto, resulta de utilidad recurrir a un análisis comparativo del comportamiento social de dos especies animales que en la actualidad conviven en estrecho contacto con los seres humanos: los perros y los gatos. Los primeros conforman una especie altamente social en la cual los individuos que conforman un grupo de pertenencia dependen unos de otros, no sólo para lograr la subsistencia sino también para tener una buena calidad de vida. En este caso vale la pena mencionar que un grupo determinado puede estar conformado exclusivamente por congéneres o por un perro y una familia humana. Por el contrario los gatos no dependen unos de los otros para su subsistencia y por lo tanto muchos los consideran una especie asocial. No obstante ello, debido a diversas observaciones realizadas en situaciones en las cuales varios gatos conviven en un mismo hábitat, muchos especialistas consideran a esta especie como parcialmente social.
Cuando una especie animal se alimenta de lo que caza debe necesariamente utilizar una estrategia que sea eficiente y eficaz para poder lograr su cometido, es decir, atrapar su presa. El gato salvaje africano (Felis libyca), el antecesor del gato doméstico (Felis catus), caza en forma solitaria ya que esto suele traerle buenos resultados tanto si las presas son de menor tamaño que él como, incluso, si son de igual tamaño. Por el contrario los lobos (Canis lupus), los antecesores salvaje del perro doméstico (Canis lupus familiaris), que habitualmente cazan presas mayores que ellos, utilizan en la mayoría de los casos la cacería en grupo ya que la misma es más sencilla y menos riesgosa que la caza individual. Este beneficio, debido al sistema social jerárquico de esta especie, supera con creces al hecho de tener que compartir la comida. Es así que el lobo, cuyos lóbulos corticales están mucho más desarrollados que los del gato, suele conformar una unidad grupal, la manada, la cual viaja, caza, se alimenta y descansa, en una unidad estrecha entre todos los miembros del grupo. Este mismo comportamiento social y conformación cerebral está presente en el perro. En cambio el cerebro del gato está ampliamente especializado para permitir que los individuos de esta especie sobrevivan como cazadores solitarios desde edad muy temprana.
Otro dato ilustrativo es que en las especies altamente sociales, como son los lobos y perros, existe un factor de suma importancia para que esas sociedades puedan funcionar armónica y adecuadamente y, por lo tanto, ser viables a lo largo del tiempo: un estricto sistema de orden. Por el contrario en las especies de hábitos solitarios cuyos individuos no necesitan ni dependen de un grupo social para su subsistencia, como es el caso de los gatos, cada animal decide lo que hace en su vida de independencia. Es así que cuando uno observa una jauría seguramente notará que un individuo irá al frente de la misma, tomando las iniciativas y las decisiones, mientras que los otros miembros ocupan diferentes posiciones jerárquicas; además los integrantes del grupo permanecerán juntos la mayor parte del tiempo. En cambio cuando uno observa un grupo de gatos que momentáneamente se encuentran reunidos notará fácilmente que se trata de individuos que actúan independientemente los unos de los otros en una situación de tolerancia social. Estos "encuentros de vecinos" suelen producirse en un terreno neutral, con mayor frecuencia al atardecer. En dichas reuniones generalmente se observan gatos de ambos sexos, más o menos próximos los unos a los otros, formando un círculo. Dicha situación puede durar varias horas antes de que los participantes regresen a sus hogares.
Si bien por lo recién enunciado el gato es considerado un ser individualista e independiente, dichas características pueden variar cuando varios gatos son obligados a convivir en grupo, como sucede en muchos hogares cuyos propietarios deciden tener varios gatos. En estos casos suelen existir interacciones sociales que responden a un esquema de tipo jerárquico. Resulta habitual el establecimiento de reglas, aunque mucho menos rigurosas y estrictas que las existentes en una jauría de perros. Dichas reglas permiten la diferenciación entre individuos de mayor rango social y los que están relegados a rangos inferiores. En general los grupos de gatos están comandados por un jefe que posee autoridad absoluta sobre todos los demás miembros del clan, por lo que se lo denomina déspota. La mencionada autoridad no depende de características físicas sino que se establecen en base al carácter. El gato déspota es absolutamente respetado por todos los integrantes del grupo. Por debajo de éste se encuentran gatos de rango intermedio que no suelen establecer diferencias jerárquicas entre sí. Por tal motivo en la convivencia entre los mismos reina una relación de cordialidad. Finalmente están el o los individuo/s de rango más bajo, los denominados gatos parias. Estos desafortunados individuos suelen ser los gatos más tímidos y usualmente son perseguidos y maltratados por los demás. Tal es así que suele vérselos refugiados en un rincón o encima de un mueble y dilatar las pupilas y gruñir en actitud temerosa ante el acercamiento de otro gato. Los gatos parias viven en una permanente condición de temor ya que habitualmente son el blanco del desahogo de la agresividad de los demás integrantes del grupo.
En la vida de estos felinos también existen situaciones en las cuales pueden actuar como una especie verdaderamente social, evidenciando no sólo tolerancia sino también ayuda mutua y cooperación. Esto es particularmente así cuando una hembra tiene gatitos. Se ha observado a otras hembras traer comida a la nueva madre y ayudar a criar a los cachorros. Algunas veces, en estas circunstancias, los machos también pueden comportarse en forma cooperativa. No obstante, es necesario aclarar que ninguna de estas actividades suelen ser muy habituales en los miembros esta especie.
Según lo expuesto es posible concluir que si bien los gatos suelen ser de hábitos independientes y no necesitan de la vida en grupo para su subsistencia, existen determinadas condiciones de vida en las cuales pueden adaptarse a, o incluso necesitar, la convivencia en grupo estableciendo interacciones sociales entre los miembros del mismo. Es por ello que, según las circunstancias, los gatos pueden actuar como una especie asocial, parcialmente social o incluso social.
En lo que respecta al comportamiento sociable, es decir la sola disposición o inclinación de los gatos hacia otros seres de su misma o de otra especie, este es particularmente elevado no sólo entre congéneres sino especialmente entre los gatos y los seres humanos. La sociabilidad del gato hacia estos últimos tiene su origen en el antecesor del gato doméstico, el ya mencionado gato salvaje africano. Este felino, a diferencia de otras especies de gatos salvajes, evidenció desde su primer contacto con colonias humanas una inclinación para permanecer cerca de las mismas sin reaccionar frente a la presencia del hombre. Esta característica seguramente brindó a estos gatos beneficios acerca de la explotación de las mayores concentraciones de roedores que habitaban alrededor de las granjas. A su vez la proximidad del hombre seguramente provocó una menor densidad de predadores lo que probablemente aumentó las posibilidades de éxito en la procreación y en la supervivencia de los individuos. Esta es la causa más probable para la explicación de porqué los gatos domésticos correctamente sociabilizados con los seres humanos no sólo no huyen de los mismos sino que además buscan su compañía.
El gato doméstico se habitúa fácil y rápidamente a la presencia humana, aunque conserva un amplio margen de autonomía que le permite establecer sus propias normas de convivencia. Tal es así que usualmente es el gato quien decide la oportunidad del acercamiento, siendo él quien elije buscar o aceptar las caricias, jugar o permanecer a cierta distancia de los miembros de la familia humana. Sin embargo, vale la pena aclarar que con los procesos selectivos que producen la aparición en escena de diferentes razas de gatos el comportamiento social y sociable de los miembros de esta especie está sufriendo algunos cambios que generalmente llevan a aumentar su dependencia con el hombre. No obstante ello, dichos cambios no son suficientes, al menos hasta la actualidad, como para alterar la naturaleza o la intensidad de la mayoría de las respuestas comportamentales de los gatos.
En síntesis el gato doméstico es un animal sociable que según las circunstancias puede actuar como una especie asocial, parcialmente social o incluso social, que ha elegido libremente la convivencia con los seres humanos y que todavía conserva poco alteradas, en comparación con el perro, tanto las características físicas como las comportamentales de su antecesor salvaje.
ENVIADO POR Marina Lucía Cortez marinaluciac2001@.....
Etologia felina - Cortejo y cópula
El celo y apareo en los gatos
La sexualidad del gato se caracteriza por ser muy fuerte y acentuada por la frecuencia de los períodos de celo en las hembras.
Desde los seis meses de vida hasta los nueve o diez, comienza la madurez sexual de las gatas. Los machos, menos precoces, son aptos para la procreación desde los nueve u once meses. Sin embargo, no es conveniente utilizar como semental a un gato que no haya cumplido sobradamente el año de edad ni tampoco permitir que una hembra quede cubierta antes de los nueve o diez meses de vida.
Los machos, a partir de la plena madurez sexual son capaces de aparearse siempre que las gatas se lo permitan, y éstas tienen períodos de celo de forma casi continua cada dos o tres semanas. Se citan dos épocas especialmente álgidas en nuestras latitudes: desde setiembre a marzo, pero la realidad es que prácticamente la frecuencia de los períodos de celo en las hembras de esta especie se sucede de forma aleatoria, frecuente e ininterrumpida durante todo el año. Principalmente en las grandes ciudades donde las gatas viven en departamentos bien calefaccionados y bien alimentadas, siendo estos factores favorables para la aparición de algún celo fuera de temporada estival.
Debemos insistir en la conveniencia de no permitir las relaciones en ejemplares jóvenes (doce meses para los machos y nueve o diez en las hembras), así como la buena práctica de aparear ejemplares jóvenes o primerizos con parejas de cierta experiencia, regla válida para machos y hembras.
La elección de los reproductores en los gastos de pura raza exige gran conocimiento y puede considerarse como auténtica ciencia en la que la fisiología, la genética e incluso la etología entremezclan sus especialidades para tratar de obtener descendencias homogéneas, sanas y con unas características específicas muy concretas.
Las hembras, a partir de los seis meses, demuestran su receptividad mostrándose más, cariñosas, que lo habitual, frotándose contra personas y objetos, revolcándose y efectuando cabriolas y piruetas muy características y maullando de forma sobrecogedora e intensa. Además, la orina tiene un olor especial, muy fuerte y característico que sirve de perfume atractivo a los machos de la vecindad.
Insistimos en que las personas que no desean dedicarse a la cría de gatos, que habiten en un departamento en una ciudad, han de castrar a sus gatos o gatas, la castración, no tiene ningún efecto perjudicial demostrado en la salud de los gatos y evita las molestias que puede entrañar la convivencia con animales de sexualidad tan elevada.
El gato macho no castrado, en la ciudad, esta propenso a contraer enfermedades graves que se transmiten por la saliva, en las mordeduras ocasionadas por peleas por el territorio y las hembras, favoreciendo la aparición de la leucemia felina y el síndrome de inmunodeficiencia felina , ambas patologías incurables; corre el riesgo de ser atropellado por un auto, muerto por perros, intoxicado, baleado.
Como ellos marcan el territorio que les pertencece con chorritos de orina en forma de "spray", orinan nuestra casa y la de los vecinos, ocasionado problemas de convivencia en la vecindad.
Además castrando machos y hembras, por un lado mejoramos su calidad de vida y por otro, estamos colaborando para que exista una menor densidad de animales y menos cachorros abandonados en la vía pública.
Elegidos los reproductores, se juntan macho y hembra en un jaulón de apareamiento o una habitación grande, cerrada y sin molestias por parte de sus dueños.
Las gatas primerizas son muy esquivas y pueden herir a un gato inexperto que intente el acoplamiento sin ser invitado a ello. Cuando la hembra cede, el macho la monta rápidamente, retirándose con brusquedad e irritando por ello los órganos genitales de la gata, debido a las escamas córneas que recubren su órgano reproductor.
A veces, el matrimonio no se consuma por rechazo sistemático de la hembra o inexperiencia del gato. No se insistirá separando los ejemplares hasta el siguiente celo.
La duración del período receptivo en las hembras oscila entre tres y nueve días terminándose tras las pertinentes cubriciones porque, es de ovulación inducida, o sea que ovula en el momento del coito.
Cortejo y cópula
Bibliografía
Autor: MV Enrique L Fernández De Vanna
ENVIADO POR Marina Lucía Cortez marinaluciac2001@.....
La sexualidad del gato se caracteriza por ser muy fuerte y acentuada por la frecuencia de los períodos de celo en las hembras.
Desde los seis meses de vida hasta los nueve o diez, comienza la madurez sexual de las gatas. Los machos, menos precoces, son aptos para la procreación desde los nueve u once meses. Sin embargo, no es conveniente utilizar como semental a un gato que no haya cumplido sobradamente el año de edad ni tampoco permitir que una hembra quede cubierta antes de los nueve o diez meses de vida.
Los machos, a partir de la plena madurez sexual son capaces de aparearse siempre que las gatas se lo permitan, y éstas tienen períodos de celo de forma casi continua cada dos o tres semanas. Se citan dos épocas especialmente álgidas en nuestras latitudes: desde setiembre a marzo, pero la realidad es que prácticamente la frecuencia de los períodos de celo en las hembras de esta especie se sucede de forma aleatoria, frecuente e ininterrumpida durante todo el año. Principalmente en las grandes ciudades donde las gatas viven en departamentos bien calefaccionados y bien alimentadas, siendo estos factores favorables para la aparición de algún celo fuera de temporada estival.
Debemos insistir en la conveniencia de no permitir las relaciones en ejemplares jóvenes (doce meses para los machos y nueve o diez en las hembras), así como la buena práctica de aparear ejemplares jóvenes o primerizos con parejas de cierta experiencia, regla válida para machos y hembras.
La elección de los reproductores en los gastos de pura raza exige gran conocimiento y puede considerarse como auténtica ciencia en la que la fisiología, la genética e incluso la etología entremezclan sus especialidades para tratar de obtener descendencias homogéneas, sanas y con unas características específicas muy concretas.
Las hembras, a partir de los seis meses, demuestran su receptividad mostrándose más, cariñosas, que lo habitual, frotándose contra personas y objetos, revolcándose y efectuando cabriolas y piruetas muy características y maullando de forma sobrecogedora e intensa. Además, la orina tiene un olor especial, muy fuerte y característico que sirve de perfume atractivo a los machos de la vecindad.
Insistimos en que las personas que no desean dedicarse a la cría de gatos, que habiten en un departamento en una ciudad, han de castrar a sus gatos o gatas, la castración, no tiene ningún efecto perjudicial demostrado en la salud de los gatos y evita las molestias que puede entrañar la convivencia con animales de sexualidad tan elevada.
El gato macho no castrado, en la ciudad, esta propenso a contraer enfermedades graves que se transmiten por la saliva, en las mordeduras ocasionadas por peleas por el territorio y las hembras, favoreciendo la aparición de la leucemia felina y el síndrome de inmunodeficiencia felina , ambas patologías incurables; corre el riesgo de ser atropellado por un auto, muerto por perros, intoxicado, baleado.
Como ellos marcan el territorio que les pertencece con chorritos de orina en forma de "spray", orinan nuestra casa y la de los vecinos, ocasionado problemas de convivencia en la vecindad.
Además castrando machos y hembras, por un lado mejoramos su calidad de vida y por otro, estamos colaborando para que exista una menor densidad de animales y menos cachorros abandonados en la vía pública.
Elegidos los reproductores, se juntan macho y hembra en un jaulón de apareamiento o una habitación grande, cerrada y sin molestias por parte de sus dueños.
Las gatas primerizas son muy esquivas y pueden herir a un gato inexperto que intente el acoplamiento sin ser invitado a ello. Cuando la hembra cede, el macho la monta rápidamente, retirándose con brusquedad e irritando por ello los órganos genitales de la gata, debido a las escamas córneas que recubren su órgano reproductor.
A veces, el matrimonio no se consuma por rechazo sistemático de la hembra o inexperiencia del gato. No se insistirá separando los ejemplares hasta el siguiente celo.
La duración del período receptivo en las hembras oscila entre tres y nueve días terminándose tras las pertinentes cubriciones porque, es de ovulación inducida, o sea que ovula en el momento del coito.
Cortejo y cópula
Bibliografía
Autor: MV Enrique L Fernández De Vanna
ENVIADO POR Marina Lucía Cortez marinaluciac2001@.....
viernes, 13 de enero de 2012
martes, 10 de enero de 2012
Enviado por Carme NINU EN EL VETERINARIO
Hola amigos de MIAU.
A Ninu hace días lo veía un poco triste, sin mucho ánimo. Coincidió con una visita del veterinario a casa para sus vacunas y descubrimos que lo había mordido.
Y este es el resultado. Le tuvieron que abrir la herida para sanarle toda la infección, ahora está con antiinflamatorios y antibiótico. El veterinario estuvo 2 horas con él.
De esto hace ya 4 días y parece que todo va bien.
Saluditos.
Carme
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